sábado, 11 de noviembre de 2017

Entrega #1

Quizás no debía encontrarse allí, pero sus pies la habían llevado sin preguntarle siquiera si tenía ganas de ir. No renegaba de su suerte, nunca lo hacía, pero estar en ese sitio, sola y en silencio, le hizo dudar...
¿Acaso estaba decidida a estrellarse una y otra vez contra la misma pared? ¿Estaría atrapada en un loop continuo como una falacia lógica?
Volvió a mirar hacia atrás, como esperando que su vida retrocediera cual película, lo suficiente hasta llegar al momento en que alguna parte de su cerebro determinó que debía caminar hasta allí. Pero no había control remoto, ni alguien que manejara la novela de su vida para que pudiera rebobinar la situación.
Debía aceptar que lo que sea que la hubiera motivado la había abandonado en ese mismo momento. Había huido para dejarla allí, expuesta, en medio de esa gran habitación mal iluminada y sin saber a qué atenerse.
Quizás hubiera sido mejor salir corriendo apenas descubrió que no estaba muy segura de lo que estaba haciendo, pero no, terca y obstinada, estaba decidida a quedarse y esperar los acontecimientos. Quizás, sólo quizás, las cosas no serían tan complicadas como aparentaban en ese momento.
Fue mientras terminaba sus cavilaciones que la puerta del otro lado se abrió, y la poca seguridad que aún la sostenía firme le falló, todo por una puerta que se abría, una persona que la cruzaba y unos ojos allí mirándola, estudiando la escena, y determinando su destino en un sólo instante...

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