domingo, 28 de mayo de 2017

Volar solo abrazado al aire

El viento golpeaba sobre su cara, haciendo bailar su pelo libre detrás de su cabeza. Miró hacia abajo, pero no logró distinguir el piso a sus pies entre las cortinas de niebla. Una gran decisión que estaba pesando sobre sus hombros: saltar al vacío, arriesgarse en pos de una esperanza, o correr hacia atrás, dejándose vencer por el miedo a fracasar.
Su mirada se perdió en el horizonte, mientras sus manos se cerraban en puños apretados. ¿Qué hacer? Veía frente a sí todas las excusas que lo habían alejado de ese momento, hasta ahora. Finalmente, lo había alcanzado el abismo que lo obligaba a no esquivar la realidad. Ya no tenía sentido engañarse, el instante decisivo estaba frente a él. ¿Qué hacer?
Y entre los instantes de dudas, apareció a lo lejos, sobre el borde del horizonte una estrella. La primera estrella de la noche que venía a verlo decidir. Su brillo le pareció lo más bello que había visto, y un calor le llenó el pecho al recordar el brillo de lo que le esperaba si decidía saltar y buscar aquello que tanto anhelaba. 
Fue entonces que su mirada cambió sutilmente, sus puños dejaron de apretarse y sintió como la fatal decisión se iba apoderando de sus músculos, de sus huesos y de toda su alma...

Y saltó.

Con los ojos abiertos y sus brazos en cruz. Saltó a la indeterminada y desconocida realidad donde se escondía su oportunidad. Esa oportunidad de ser feliz, de encontrar aquello que por tanto tiempo estuvo buscando sin darse cuenta.  El viento y la niebla se abrieron paso ante su caída, dibujándole una sonrisa en sus labios. Su caída comenzó a detenerse, se sintió dueño de sus movimientos en el aire y cuando menos lo esperaba, comenzó a volar. Se dirigió hacia la luz que emitía la estrella a lo lejos y tocó el suelo sólo cuando la creyó frente a sus ojos. Dejó tras de sí sus miedos, y se arriesgó a intentar tocarla, mostrarle su veneración. Pero al llegar junto a la estrella descubrió que el brillo era en realidad la luz de la luna reflejándose en una sonrisa, y alcanzaba los ojos de quien estaba frente suyo. Paralizado esperó a que la niebla se despejara, mas cuando vio el origen del brillo sólo pudo caer de rodillas ante esa imagen. Ella se acercó y le rozó con dulzura su cara con el dorso de la mano, acompañando las palabras que él estaba esperando escuchar:
-Por fin llegas, te estaba esperando... Siempre estuve esperando a que me encontraras.

viernes, 26 de mayo de 2017

Cien mariposas es poco

¿Reconoces esa sensación? Es una puntada en la boca del estómago cuando está cerca tuyo, como un aviso de que tu cuerpo te traiciona frente a su mirada, su risa, su presencia. Es la pérdida total de la noción del tiempo, que te ayuda a disfrutar cada momento a su lado, sin saber, sin pensar que ese instante se acabará en algún momento, ni que mañana será un día más...
Solo importa ese segundo en que tu mirada se cruza con sus ojos, en que tu aliento roza su cara y en que tus oídos escuchan su voz. Sólo importa saber que esa persona existe y la haz cruzado en medio de este mundo loco de gente, y aunque el destino sea egoísta, aunque nunca puedas vencer tus miedos, sabes que cada momento que comparten juntos, por más pequeño e insignificante que sea, te enriquece, te ilumina, te ayuda a ser vos mismo sin prejuicios ni quejas. 
Porque esa persona ve lo mejor de vos, o esa sensación es la que tu estómago trata de advertirte. Aunque prefieras engañarte y pensar que las mariposas no existen.

lunes, 22 de mayo de 2017

Para que sirven las historias

Uno diría que las historias sirven para transmitir conocimiento, experiencias, emociones. Pero me gustaría darle una vuelta de tuerca al tema y pensar para que sirven hoy en día, cuando ya está casi todo dicho, cuando Google y YouTube te pueden convertir en un experto del tema menos pensando.
Hoy en que todo está a un clic de distancia, las historias cumplen otro papel, uno más íntimo y vital, diría yo.
Y es que las personas utilizan las historias para desnudarse en cuerpo y alma frente a la multitud, quizás sea por la necesidad (siempre la terrible necesidad) de transmitir los sucesos que creemos que son más importantes y transcendentales de nuestras vidas para sentirnos escuchados en medio de tanto ruido. O tal vez es un fenómeno social que nos expone frente al mundo sin tapujos. O tal vez no.
Hay una posibilidad de que las historias sirvan solamente para llamar la atención de aquella persona en quien pensamos día y noche, para saber si sabe de nuestra existencia y le interesa algo de nuestra persona. Las historias cumplen hoy su papel más importante, buscan unir a dos personas para crear juntos una nueva historia.

lunes, 15 de mayo de 2017

Una semilla

La mañana fresca chocó contra mi rostro sin piedad. Miraba el reloj haciendo cuentas rápidas de los minutos que me quedaban. Caminé deprisa por las calles del barrio, dándome cuenta a cada paso que ese día era aquel que estaba esperando hacia días, semanas incluso.
El día en que un pensamiento arribaría a mi mente y se instalaría allí como una semilla que se aferra a una primavera tardía. Levanté mi cara y mis ojos se transportaron más allá del plano de esta realidad. Vieron mi vida, otras formas de mi vida que podrían haber sido.
Volví a la calle que caminaba, al tiempo que transcurría, pensando qué podía hacer para recuperar el camino, para dejar de sentirme una caminante por inercia para ser una hacedora de senderos nuevos. Y la semilla estalló en un remolino de verdes tallos con radicales ideas como flores. Había llegado el día irremediable en que ya nada podría evitar que fuese aquella persona que tanto anhelé ser: libre de toda cadena, libre de mi sombra, libre por fin.

Las luces del sur

Con un brillo propio, mágico, inspirador, el sur tiene su propia alma.