jueves, 29 de marzo de 2012

Algún día

Hubo un tiempo en que vivía esperando el momento para volver atrás. Miraba el atardecer de cada día deseando que la mágica puerta del tiempo cambiara mi entorno de un instante a otro hasta hallarme nuevamente en el hogar.
Pero el tiempo pasó, las puertas nunca aparecieron y la esperanza, poco a poco, desapareció.
De vez en cuando recuerdo de nuevo esas tardes, sentada en el techo, mirando las estrellas aparecer, y pidiendo deseos de mágicos cambios que nunca sucederían. Pero el resultado siempre es el mismo, nostalgia por momentos vividos, personas queridas y lazos que ya no están. Una nostalgia que opaca el instante y lo envuelve en niebla densa y oscura.
Sin embargo, hay una luz que siempre viene a rescatarme de esa espesura. Una luz cálida y con un brillo estelar que me recuerda quién soy, de dónde vengo y por qué sucedió lo que sucedió. Es esa luz esperanzadora que me dice que algún día, lejano o no, esto llegará a su fin. Que volveré a sentirme rodeada de ese afecto inigualable de mis seres amados y me hallaré en ese lugar donde nunca, nunca me sentiré sola. Mi lugar.

viernes, 16 de marzo de 2012

Hoy

No existen palabras para describir las sensaciones que se apoderaron de mi cuerpo el día de hoy.
Inexplicable percepción del paso del tiempo a través de nosotros, el viento chocando contra mi rostro y el vibrar del suelo que trepa por mis piernas.
Otro día más en el haber del mundo, pero con un toque especial para mi persona. No por situaciones, no por eventos extravagantes, sólo la terrible sensación de que hoy algo pasó.
Algo bueno o malo, no sabría decirlo, pero sé que algo pasó, algo cambió en las líneas en las que se va inscribiendo el destino, el mío o alguno cercano a mí.
Me creerán loca, pero hoy el sol tenía un brillo distinto, el viento no paraba de cantar entre las hojas del los árboles, el suelo se dejaba penetrar sin resistencia de sus rocas.
Hoy algo cambió, el fuego de mi alma se agitó dándome el aviso: algún día se dejarán ver las consecuencias del cambio que sucedió hoy.

martes, 13 de marzo de 2012

Martes 13

Maldito día karmico que termina obligándonos a tener que admitir nuestra derrota contra el destino.
Las supersticiones nunca fueron algo que me preocuparan realmente, me baso en el hecho de que en distintas partes del globo las mismas se contradicen o varían evidentemente: cruzarse un gato negro aquí es mal augurio, en algunas partes de Europa es de buena suerte, mientras que allá el día problemático es el Viernes 13, acá nos ponemos de la nuca cuando llega un Martes 13...
Si, me incluyo porque hoy fue un verdadero Martes trece. Hoy dejé morir una gran cantidad de ilusiones, a las cuales mantenía conectadas a un respirador artificial que ya nada podía hacer por ellas.
Hoy rompí el espejo de mis sueños y dejé sin refugio al místico ser que se refugiaba en ellos, llenándome de mágica esperanza.
Martes 13 cuando es mejor no hacer grandes cosas para evitar el desastre, dejé que el desastre arrasara conmigo. Debilucha resulté ser.